Realizando la tercera Ascensión a este inaccesible volcán en marzo de 2007 en los Hielos Continentales, donde gracias a los GPS, se pudieron tomar por primera vez las alturas y los puntos de ruta
Por Guillermo Martin
                    
Dedicado a Dario Bracali quien perdió su vida en la Expedicion Argentina al Dhaulaguiri en Mayo del 2008.
Integrantes: Dario Bracali, Fernando Rampezzotti y Guillermo Martin.
Ruta seguida por la Expedición al Volcán Lautaro, Mapa Hielos Continentales, Patagonia Chilena
                    
                    El hielo es algo que me atrae,  siento  mágica la mutación inesperada del  agua que a bajas temperaturas va   transformándose en un elemento sólido que esta  en movimiento.
                      Dicen que los opuestos, los antagónicos  son en profundidad muy parecidos,
                      el fuego quema y el hielo también, el fuego  brilla al igual que  el hielo 
                      y lo que el hielo atrapa no se  corrompe asi como el  fuego purifica lo  corrupto .
                    Comencé a escalar hace 25 años y  siempre lo hice con la  pasión del fuego  y  la entereza del hielo.
Todo comenzó  a mediados de mayo del 2006; el objetivo era armar una expedición del “Centro Cultural Argentino de Montaña” a  la Antártida. 
                      Era  importante reunir un equipo humano y concretar objetivos anteriores, antes de armar  la expedicion. Para ello me contacte con tres escaladores de primera talla que  son: Darío Bracali, Fernando Rampezzotti y Christian Vitry.
                    
Mapa zona del Chalten, Provincia de Santa Cruz, Argentina
                      Un  mes antes de nuestra partida, Christian Vitry nos comunica que le va a ser  imposible participar de la expedición porque en la UNESCO le habían aceptado un  proyecto presentado hace un tiempo atrás sobre los Caminos Incas (a mi parecer Christian  Vitry es uno de los arqueólogos e investigadores mas importantes del Noroeste  Argentino).
                    
Como  sabíamos que el número de tres para trabajar en cordada no es el recomendable intentamos  buscar a alguien que pudiera suplantar a Christian. La búsqueda de la persona  apropiada comenzó al día siguiente de la noticia, pero a pesar de los esfuerzos  realizados por el equipo, siempre surgía algún impedimento  para que un cuarto escalador se sume a la  expedición.
                    
Llego el día de la partida y quedamos solamente tres, cada uno de nosotros iría separadamente. Fernando en su Camioneta, una semana antes, llevando la comida y parte del equipo, Darío en micro desde Esquel y yo en avión desde Bs. As.
Rumbo al camping Piedra del Fraile, Dario Bracali y Guillermo Martin, Expedición al Volcán Lautaro. 
                    Foto: Fernando Rampezzotti
Limite inferior del glaciar Marconi. Foto: Guillermo Martin
Guillermo Martin ascendiendo por el Glaciar Marconi en medio de la tormenta, Expedición al Volcán Lautaro.
                      Foto: Dario Bracali
                    El 24 de Febrero llegue a  Chalten con la mala noticia de que en el viaje  se me habían roto una de las fijaciones de mis esquíes de travesía. Gracias a  la ayuda de Fernando pudimos alquilar unos por muy buen precio y eso  me tranquilizo, pude entonces comenzar a  preparar el equipo. Como él había llegado una semana antes ya tenía porteado su  material hasta el comienzo del Glaciar Marconi. Fernando es un gran conocedor  de la Patagonia y fue su idea la de elegir como objetivo el Volcán Lautaro, el había  intentado subirlo en el 95 junto con Guy Costa (quien falleció realizando un rappel  en los Alpes) y no habían podido escalarlo por el mal tiempo, lo que es  bastante habitual.Darío llego a las diez de la noche del mismo día, después de  un largo viaje de veintidós horas desde Esquela,estaba harto de no poder  moverse; le preparamos algo de comer y coordinamos los pormenores del viaje.                    
A las 9 de la mañana del día siguiente tomamos la combi que va a Lago del Desierto y nos bajamos en el puente, donde comienza la picada que va a Piedra del Fraile. Darío y yo llevábamos más de 40 kilos de peso en nuestras mochilas y Fernando iba más liviano gracias a que unos días antes había porteado su material. Después de 3 horas y media llegamos al Camping Piedra del Fraile que seria nuestro primer campamento (S 49*13´39.2” W 073*00´44.4”) 540 mts., dónde armamos la carpa y preparamos el material para portear al día siguiente.
El día 26 de febrero, tras algunas discusiones para elegir que logística se iba a usar para instalar los primeros campamentos; (Darío quería llevar todo el material de un solo viaje a los campamentos, y Fernando y yo pensábamos que lo ideal era hacer porteos por lo menos hasta la parte superior del Glaciar Marconi) al final salimos trasladando parte del equipo hasta la base del glaciar donde íbamos a instalar nuestro segundo campamento (S 49*13´15.5” W 073*03´05.7”) 900 mts.; tardamos cuatro horas de ida y dos de vuelta.
En medio de la tormenta yendo hacia el refugio Garcia Soto, Expedición al Volcán Lautaro. Foto: Fernando Rampezzotti 
  
  
Llegando al refugio Garcia Soto, Expedición al Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
Desde el refugio Chileno García Soto, se ve detrás del paso Marconi el Fitz Roy, el Pier Giorgio y el Torre. Foto: Guillermo Martin
                    El día 27 terminamos de  trasladar el equipo que faltaba hasta el segundo campamento y armamos la carpa.Como tenía muy inflamados los  tobillos me dispuse a hacerme acupuntura para bajar la inflamación. Darío y  Fernando me dijeron que preferían avanzar todo lo que se pudieran por el  glaciar para portear parte del equipo. El clima desde que llegamos a Piedra del  Fraile  había  sido ventoso y con poca visibilidad y cada  día que pasaba iba empeorando. A las 3 horas volvieron en medio de grandes  ráfagas de viento y se sorprendieron al encontrarme afeitándome los tobillos;  les explique que era para ponerme unas ventosas en la zona inflamada (hace 19  años que trabajo como terapeuta en Medicina China y auxiliar de kinesiología). Hicimos  la comida y en un clima de buen humor nos metimos en nuestras bolsas de dormir,  esperando que el tiempo mejorara para el día siguiente.
El día  28 de febrero levantamos el segundo campamento y con mucho entusiasmo nos dirigimos a los Hielos. El día se mostraba parecido a los anteriores,  recogimos al pasar, el material que habían subido Darío y Fernando el día  anterior.
                    
Nos calzamos nuestros grampones y seguimos avanzando por el glaciar, que se mostraba en su parte superior bastante agrietado; cuanto mas subíamos el tiempo se mostraba más inestable. Al llegar a destino se desató una tormenta que no nos dejaba estar en pie y debimos refugiarnos en una grieta en donde pudimos comer algo. El frío se hacia sentir pero todos estábamos de buen ánimo y proseguimos la marcha guiándonos con el GPS, pues la visibilidad era nula. Cuando el terreno se hizo mas llano paramos para reorganizar el material que hasta ese momento llevábamos en nuestras espaldas; debiamos cargarlo en el trineo, tirar de él y ponernos los esquíes de travesía. Fue cuando se produjo el primer milagro, salió el sol y la montaña nos dio 15 minutos de paz que nos sirvieron para reorganizarnos. En cuanto terminamos el sol se oculto y prosiguió la tormenta. Nos encordamos y con un buen ritmo, cuatro horas después, llegamos al refugio Chileno García Soto (S 49*09´37.6” W 073*08´11.0”) 1587 mts. que se encuentra sobre una de las laderas del Cerro Gorra Blanca.
Hay que destacar que esta construcción al estilo de refugio Antártico es un verdadero oasis en medio de los hielos con sus bruscos cambios climáticos.
En el Refugio Garcia Soto después de la discusión, Expedición al Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
                    El 1 de marzo nos  quedamos descansando en el refugio y reorganizando la expedicion y antes de  acostarnos hubo una fuerte discusión entre Dario y Fernando sobre la  planificación a seguir, pero al final después de un mal momento todos nos  dormimos.                    
Al otro día la discusión prosiguió pero en un tono más grave, Dario decía que quería volverse y estar con su hija recién nacida, Fernando lo acusaba de tener un carácter irascible y rígido.
Teníamos  organizado salir a primera hora, pero después de esta discusión ya eran las once  de la mañana y todavía estábamos en el refugio.
                    
Al  final nos reunimos los tres y reflexionamos sobre que no solamente el desafío  estaba en subir la montaña, sino en superarnos a nosotros mismos y nuestros  respectivos egos.Nos dimos un abrazo y nos prometimos que de ahora en adelante  la prioridad era subir el Lautaro y volver sanos.
                    
Finalmente  partimos al mediodía, deslizándonos en nuestros esquíes  de travesía con los trineos cargados con el  equipo y comida para diez días.
                    Cruzamos  el circo de los cinco glaciares, rodeamos el Cerro Lliboutry y a las seis de la  tarde armamos el Campamento Nº 4  a un  lado del Cordón GAEA.
La cumbre del Volcán Lautaro iluminada por el sol del amanecer y la luna llena. Foto: Guillermo Martin
Ascendiendo por los glaciares del Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
                    El día 3 de marzo amaneció  con neblina y muy poca visibilidad,  desarmamos el campamento y a las 9:30 hs. partimos hacia las faldas del volcán,  guiándonos con el GPS fuimos avanzando entre la neblina que de a momentos nos  hacia casi adivinar los contornos del Lautaro.
                    
A  medida que el día transcurría, el esquiar sin ver hacia donde, convertía la  travesía en un deambular monótono y aburrido.
                    
A  las 16 hs. el viento se hizo presente con sus clásicas ráfagas de idas y  venidas, que a cada minuto se hacia mas intenso, agarrándonos desprevenidos en  nuestro avanzar y haciéndonos perder el equilibrio, caíamos sobre el hielo.
                    
La  visibilidad era casi nula y el viento se tornaba violento ;esto determino que  debiéramos aumentar el ritmo de avance.A partir de las 17:30 hs. Fernando y  Dario se turnaron en ayudarme a llevar el trineo lo que nos permitió  avanzar mas rápido en medio de la tormenta. A  las 18:30 hs. Dario arrastro dos trineos y Fernando  se adelanto sin el trineo en búsqueda de un  lugar donde armar el campamento.
                    
Seguimos  avanzando en medio de las ráfagas de viento y de las descargas de agua nieve  que se filtraban a través de nuestras ropas y cuando llegamos  y encontramos a Fernando cavando en una rimaya  debajo de un promontorio rocoso, casi poseídos, nos sumamos a esa  danza de preparar lugar donde poder  protegernos de la tormenta.
                    
Cuando terminamos de emplazar la carpa en el lugar que habíamos preparado, me di cuenta que faltaba un trineo y para mi mala suerte era el mío, estábamos agotados, con mucho frío y ninguno tenia energía para ir a buscarlo 300 metros mas abajo, a donde se había deslizado, me prestaron algo de ropa una bolsa de vivac y me dispuse a tratar de dormir entre mis dos compañeros.
Yendo hacia el interior de los hielos continentales, Expedición al Volcán Lautaro. Foto: Dario Bracali
  
  
En medio de la neblina yendo a las faldas del Volcán Lautaro. Foto: Dario Bracali
                    Al día siguiente me  desperté a las 6 de la mañana, tiritando de frío y fue una sorpresa encontrar a  Dario en igual condición , ya despierto y  entonces me explico que a eso de las cinco de  la mañana se despertó todo empapado pues de su lado de la carpa se había  formado un mini lago.
                    
A  las ocho de la mañana se despertó Fernando y al vernos en tan lamentable estado  se ofreció a buscar el trineo perdido, inmediatamente encendimos nuestros dos  calentadores y nos pusimos a tratar de secar nuestra ropa empapada.Afuera la  tormenta seguía sin dar muestra de que fuera a darnos un respiro.
                    
Habíamos  recorrido 18 km. hasta este nuestro último campamento,el  Nº 5 .A la tarde Dario fue a dar una vuelta a  reconocer el terreno y descubrió una pequeña olla  de agua en la roca, la cual nos ayudo a no  tener que derretir nieve para hidratarnos. 
                    
Así seguimos todo el día descansando, comiendo y secando ropa, hasta que llego la no muy esperada noche, pues todavía seguíamos mojados, creo que dormimos de a ratos, tiritando, acomodándonos y observando como la noche transcurría lentamente.
El día 5 de marzo nos despertamos muy temprano pues  dormimos muy poco por el frío intenso. Al mediodía el clima empezó a mejorar y  a las dos de la tarde ya había un sol radiante, sacamos toda nuestra ropa y  bolsas de dormir fuera de la carpa para secarla.
                    
A las cinco salimos los tres a ver que ruta íbamos a tomar, pudimos ver dos avalanchas y por lo que se podía apreciar en la ante cumbre soplaba un viento intenso, Dario estaba con un dolor muy agudo en la zona lumbar y lo atendí con acupuntura y mis ventosas, cuando las saque me dijo: yo no te había dicho que las dejaras abajo, pero después que se sintió mejor me dijo: que suerte que las trajiste. Preparamos todo el equipo para salir hacia la cumbre al día siguiente a primera hora, sabíamos que estábamos muy lejos de nuestro objetivo y que iba a ser una jornada larga y dura.
Campamento número 5 (1.600 mts), secando toda nuestra ropa en las faldas del Volcán Lautaro. Foto: Dario Bracali
Preparando el equipo en la mañana para ir a la cumbre del Volcán Lautaro. Foto: Dario Bracali
Ascendiendo el día de cumbre, entre las grietas del glaciar del Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
                    A las 4:30 hs del 6 de  marzo sonaron las alarmas de nuestros relojes, era el sonido del desafío y aquí el segundo milagro, no  corría nada de viento, todo estaba en calma con un silencio sacro.
                    
A  las seis de la mañana ya estábamos sobre el hielo, encordados y sobre nuestros  esquíes de travesía, alumbrando el camino con las linternas frontales bajo una  hermosa luna.Había que ser muy cautos primero atravesamos un campo de grietas  hasta ingresar a un valle  a lado de las  laderas  de la cara este del Lautaro.
                    
Después  el terreno se hizo mas inclinado (hasta 35º) entre grietas, seracs y campos de  nieve, a las 15 hs. divisamos la cumbre secundaria (3400 mts.) y media hora  después abandonamos nuestros esquíes y nos calzamos los grampones parase  huir  el filo y después rodear la cumbre secundaria  cruzando de sur a norte y descender  del  otro lado de la misma, allí divisamos por primera vez la cumbre del Lautaro y  nos dimos cuenta que todavía faltaba mucho por andar.
                    
Bajamos hasta el col que separa la cumbre principal de la cumbre secundaria teniendo dos opciones para subir, por el filo de el este o el oeste.Decidimos, después de estudiar el terreno , seguir por el filo a nuestra izquierda (de este a oeste), el clima seguía sin una brisa de viento y con una visibilidad total por la falta de nubes.
Vista hacia el este desde la cumbre secundaria del Volcán Lautaro. 
                      Foto: Guillermo Martin
                      
                      
Vista de la Cumbre del Volcán Lautaro desde la cumbre secundaria. 
                    Foto: Guillermo Martin
                      
                      
Filo por el que subimos al Volcán Lautaro, pueden verse con claridad las fumarolas humeando. Foto: Guillermo Martin
En la cumbre del Volcán  Lautaro,  Fernando Rampezzotti y Dario Bracali. 
                      Foto: Guillermo Martin
                      
                      
En la cumbre del Volcán Lautaro, Guillermo Martin y Darío Bracali. Foto: Fernando Rampezzotti
                      Mientras  más subíamos, el paisaje que se  iba  desplegando, nos develaba las bellezas de esta patagonia aguerrida, las  extrañas formaciones de hielo realizadas por  el viento continuo parecían coliflores que a la distancia se asemejaban a  explosiones congeladas, ello unido a las fumarolas con su característico aroma hacían  del camino a la cumbre una experiencia surrealista.
                    
Por  fin a las 18:30 hs. pisamos la cumbre, los GPS marcaban una altura de 3623  mts (S49*01`10.8"   W073*30`12.5"), la vista panorámica que teníamos de los Hielos  Continentales fue un regalo que nunca voy a olvidar. 
                    
Al  este se divisaban los cordones con los iconos de la historia de la escalada  (Cerro Torre, Fitz Roy, Eigger, Poincenot, Pollone y otros) al oeste los  fiordos Chilenos con sus lagos congelados y glaciares, al sur el cordón Pio XI  y al norte la estepa de los hielos Continentales. 
                    
Sacamos  fotos, filmamos, nos emocionamos y nos abrazamos luego de lo cual empezamos el  único camino a seguir, bajar.
                      Fuimos  descendiendo con rapidez hasta que nos sorprendió la noche, en un principio sin  ninguna visibilidad hasta que salio la luna llena que nos alumbro el camino  entre grietas y los campos de nieve.
                    
A las dos de  la mañana llegamos a nuestro campamento base, después de veinte horas de marcha  sin parar, durante las cuales habíamos recorrido 22,4 Km. entre ascenso y  descenso hasta alcanzar un desnivel desde nuestro campamento hasta la cima de  2000 mts.
                    
Nos hidratamos, comimos algo y nos dormimos profundamente.
Sobre la izquierda las sombras del Chaltén y el Torre proyectadas sobre el campo de Hielo Continental. Foto: NASA
Coliflores de hielo y nieve cerca de la cumbre del Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
Vista desde la cumbre de la ante cumbre del Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
                    Al otro día nos levantamos a las siete  de la mañana y a las diez  ya estábamos con nuestros  esquíes puestos y tirando de los trineos rumbo a el Refugio García Soto,  sabíamos de la fragilidad del clima por estos paramos, por eso había que moverse  rápidamente mientras el tiempo fuera estable, al mediodía la cumbre del Lautaro  ya estaba cubierta de neblina a nuestras espaldas, señal de que el tiempo se  estaba estropeando. Llegamos a las doce de la noche al refugio después de  recorrer 23 Km. y catorce horas de marcha, con mucha sed y hambrientos.
El 8 de marzo descansamos en el refugio y terminamos de secar nuestra ropa y bolsas de dormir, ya nos quedaba poca comida. Fernando quería subir al Gorra Blanca al otro día y nos arengaba para que fuéramos, Dario y yo le respondimos que al día siguiente,y según como nos sintiéramos le íbamos a responder, lo que queríamos era descansar.
El 9 de marzo amaneció con neblina y poco viento , desayunamos capelettinis,  pues era lo único que nos quedaba para comer y esperamos a ver que pasaba con  el clima.Fernando seguía con la idea de que subiéramos el Gorra Blanca, yo  estaba cansado y les dije que fueran ellos que yo los esperaba con algo  caliente cuando volvieran.
                    
Relato de la ascensión  al Gorra Blanca por Fernando Rampezzotti: 
                      
"A las 12:00  hs. salimos Darío y yo, muy livianos, con esquíes e intenciones de avanzar a la  cumbre  muy rápido.
                      Subir el  glaciar Gorra Blanca con esquíes fue rápido, mas aun porque seguíamos las  huellas en la nieve de una cordada que había ascendido el día anterior.
                      
Hasta el col  formado entre una cumbre secundaria al noroeste y el filo norte de la montaña  que nos llevaría a la cumbre principal, ninguna demora. Ahí cambiamos esquíes  por grampones, nos encordamos y continuamos por la arista sorteando algunas rimayas  y grietas.  La visibilidad disminuyo y  comenzó el clásico viento patagónico. Seguíamos pues nos guiaban las huellas en  la nieve: Intuíamos las formaciones de hielo o los seracs a nuestro alrededor  pero teníamos toda la concentración en no perder esas marcas de pies que  rápidamente iban desapareciendo por el temporal. El ascenso se volvió monótono  al no tener referencias, solo un pie delante del otro y concentración.
                      
Alrededor de cinco horas después de haber  partido del refugio aparecieron pegados a nosotros las características  formaciones heladas como coliflores, indicio de que estábamos alcanzando el  filo cumbrero. Ahora nos preguntamos donde estaría la cumbre exactamente.-
                      
Desde la cumbre del Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
                      Darío  encendió su GPS donde tenia grabadas las coordenadas de la cumbre mientras yo  mantenía el mío grabando nuestro recorrido, de manera que siempre pudiéramos  volver sobre nuestros pasos y de regreso al refugio.
                    
Sorteamos  algunos coliflores helados y llegamos a una cornisa somital; la seguimos de sur  a norte imaginando la verticalidad a nuestro costado. Finalmente nos topamos  con un coliflor gigante y por una canaleta lo ascendimos en tres o cuatro pasos  de doce puntas. Alcanzamos la cumbre a las 18:00hs. No teníamos visibilidad y  el viento y la humedad nos escarchaban la ropa, las lentes de las cámaras, las  pestañas, todo. Fotos, video documental y la marcación del GPS, que nos dio  una altura de 2886 mts ( S 49*08`02,4"   W 073*04`53.0")
                      
Bajamos a los saltos, hundiéndonos en la nieve y guiados, a veces por las huellas, a veces por el track del GPS. Llegamos a los esquíes, pero la visibilidad era muy mala, con luz plana, sin sombras. Recién cuando asomamos debajo de las nubes pudimos esquiar un poco más decentemente. Llegamos al refugio rápidamente y con poco esfuerzo, sorteando nieves, grietas y hasta algunas placas de hielo."
Llegaron a eso de las 20:30 hs.se hidrataron ,comimos lo poco que nos quedaba y nos fuimos a dormir.
El día 10 de marzo nos levantamos a  las ocho de la mañana el  tiempo estaba inestable con poca  visibilidad y viento, desayunamos capeletinis fritos con manteca que  encontramos en el refugio ( estaban  vencidos desde hacía cinco años)pero era lo ultimo  que nos quedaba de comida. Tomamos la decisión de descender de un solo tirón  hasta Piedra del Fraile.Alas 11 hs. partimos esquiando con nuestros trineos  rumbo al Glaciar Marconi.
                    
Cuando  llegamos al comienzo del Glaciar nos cargamos las mochilas y nos pusimos los  grampones, fue una sorpresa encontrarlo cambiado que cuando lo subimos, estaba  agrietado y en dos oportunidades vimos caer gigantescos seracs  de las laderas del cerro Marconi.
                    
El camino a  seguir fue diferente de cuando lo ascendimos, tuvimos que ir buscando con  nuestros grampones y piquetas, la forma de destrepar para encontrar, entre  grietas y seracs el camino de regreso.
                    
En la cumbre del gorra Blanca Fernando Rampezzotti y Dario Bracali
En el Refugio Garcia Soto, Guillermo Martin y Dario Bracali a la vuelta del Volcán Lautaro
                      desayunando capeletines con salsa. 
                      Foto: Fernando Rampezzotti                    
                      Cuando  cruzamos río Pollone sus aguas habían crecido por el deshielo y la única manera  de sortearlo era sacarse las botas plásticas, pues en algunos sitios el agua  nos llegaba hasta las rodillas.
                    
Al principio  sentir el agua helada fue desagradable pero al terminar de cruzarlo sentí un  gran alivio en mis pies, el agua helada me había desinflamado mis doloridos  tobillos. 
                    
A las 21 hs  después de diez horas de marcha llegamos a Piedra del Fraile, allí teníamos un  petate (Bolso) con comida y en la cabaña del camping nos pusimos a devorar el  valioso tesoro tan anhelado en los días de escasez.
                    
En la cabaña  se encontraba Ermanno Salvaterra junto a su  equipo de escaladores que estaban escalando en el Torre, ellos desde hacia  varios años se quedaban allí varios meses con el objetivo de abrir una nueva la  vía.
                    
Fue Dario el que me alerto de que  los italianos hacían señales de que nuestro aroma era desagradable ya que al  estar en un lugar calido estesempezaba a emanar de nuestros cuerpos.
                    
Después de comer y descansar nos fuimos a dormir a las 11 hs. a una de las cabañas.
Fue  una sorpresa que al otro día a las siete de la mañana ya me encontrara despierto y con mucho  apetito, ahí me di cuenta que mal olíamos después de no habernos bañado durante  15 días.
                    
Dario y yo salimos rumbo al  Chalten a las once de la mañana, Fernando se quedo un par de días en Piedra del  Fraile para subir el Paso del Cuadrado. 
                    
Cuando llegamos al Chalten con Dario lo primero que hicimos fue pedirnos dos grandes sándwiches y una cerveza bien helada, que no fue la ultima…
Vista del Marconi y detrás el Fitz Roy desde los Hielos. Foto: Guillermo Martin
Regresando de la cumbre, vista hacia la ante cumbre del Volcán Lautaro. Foto: Guillermo Martin
Guillermo Martin ascendiendo por el Glaciar Marconi. Foto: Dario Bracali
                      Historia del Volcán Lautaro
                    
                    El Volcán Lautaro por muchos años  tuvo una ubicación equivocada y misteriosa lo que favoreció la confusión de su  nombre. En 1878, navegantes norteamericanos le llamaron "Volcán Humboldt";  luego, en 1905 el geógrafo chileno Luis Risopatron le llamó  "Pirámide" y; finalmente, en 1952 una expedición argentina a Campo de  Hielo Sur, dirigida por Emiliano Huerta, le llamó Lautaro, en honor al héroe  mapuche (1535-1557). Este último nombre es el aceptado actualmente.
                    
Tuvo su última erupción en 1959 pero se lo  considera activo y los depósitos de cenizas de  erupciones pasadas son muy abundantes sobre los glaciares O'Higgins y Chico,  además del paso de cuatro glaciares y el glaciar Viedma. 
                    
Augusto Mengelle en la cima del Cagliero, 12 de enero de 1964. Foto: Pedro Skvarca
Carpa bajo el Volcán Lautaro, 1964. Foto: Pedro Skvarca
                    Silvia  Metzeltin y Gino Buscaini realizaron la siguiente  recopilación bibliográfica:
                      "Las  primeras observaciones concretas de erupciones de las cuales se tuvo noticias  históricas provienen de los navegantes que recorrían los canales del Pacífico.  En el año 1876, en el Canal Messier, Lord Thomas Brassey vio una nube de  cenizas que salía de la cordillera, próxima a los 48º50' Sur. En el año 1878  oficiales de una nave norteamericana hicieron la misma observación: quisieron  llamar "Humboldt" al desconocido volcán. En el año 1933, Federico  Reichert, Arturo Donat, Juan Neumeyer e Ilse Von Rentzell habían alcanzado el  Hielo Sur remontando el Glaciar O'Higgins desde el Brazo Sur del Lago San  Martin-O'Higgins. En un desgarro de nubes, Reichert observó una montaña con  forma de cono, de una altura aproximada de 3000 m, de la cual salían chorros de  vapor. Químico y naturalista, Reichert estaba convencido de estar ante la  presencia de un volcán, pero la noticia no fue difundida más allá de los  círculos andinísticos".
                    
"Lliboutry,  examinando fotografías aéreas, creyó reconocer un cráter sobre un gran  afloramiento rocoso en la alta cuenca del glaciar Viedma y lo denominó  "Volcán Viedma", pensando haber resuelto el misterio de aquellas  erupciones observadas no solamente por los navegantes sino también por los  colonos de la región del lago San Martín. El Volcán Viedma fue entonces acogido  en el registro de los volcanes del mundo sin que ninguno lo hubiera tocado. En  el año 1959, con Jeoff Bratt y John Mercer, Eric Shipton decidió llegar al  Volcán Viedma a través del valle del Rio Túnel y del Paso del Viento. Cuando  llegó al afloramiento señalado descubrió que se trataba de rocas sedimentarias  y metamórficas que dispuestas en forma de anfiteatro en una profunda depresión  habían engañado a Lliboutry".
                      
"Pero las  piedras pómez desparramadas abundantemente en los alrededores indicaban la  presencia de un volcán. Shipton organizó una segunda expedición en el verano de  1959-1960 con J. Ewer, P. Miles y P. Bruchhausen. Ewer, un británico que  enseñaba en Santiago, observando las fotografías aéreas notó  que sobre las imágenes de la cadena montañosa llamada por De Agostiní  "Cordón Pío XI" se veían claramente huellas de actividad volcánica  cerca de la cima más elevada. La posición correspondía a aquella del "cono  volcánico" señalado por Reíchert y a la del Cerro Lautaro. Shipton no supo  sin embargo que el 28 de diciembre de 1959 el comandante de un avión de línea  en vuelo hacia Punta Arenas había descubierto maravillado un volcán en erupción  a 490 Sur. Pero también él, que había llegado al Brazo Sur del Lago San  Martin-O'Higgins, vio una gigantesca columna de vapores que se elevaba sobre  las montañas. Después de una aproximación que duró una semana notó que la  ladera de la montaña más alta del "Cordón Pío XI", el Cerro Lautaro,  estaba marcada sobre su cumbre por una fisura negra de la cual salía un chorro  constante de vapor. El día siguiente asistió a la erupción de cenizas que  ennegrecieron una vasta extensión de glaciares. Posteriormente una serie de  contratiempos, entre los cuales el no funcionamiento de todos los calentadores,  lo obligaron a retornar".
                      
Primera ascensión del Volcán Lautaro. En la antecumbre Pedro Skvarca, Luciano Pera y Augusto Menguele, 1964
Pedro Skvarca y Luciano Pera de regreso del Volcán Lautaro el 1 de febrero de 1964, 
                      luego de sobrevivir el temporal dentro de una grieta. Foto: M. Lynch, 1964
                    "El  primer ascenso al Volcán Lautaro lo hicieron en el año 1964 Pedro Skvarca y  Luciano Pera quienes confirmaron las emisiones volcánicas. Durante el año 1973  llevó a cabo el segundo ascenso la expedición británica de Leo Dickinson que  detectó cinco fisuras esculpidas en la cumbre que emanaban gas sulfuroso  mientras el hielo que se encontraba bajo sus pies se convertía en fango  caliente. Luego de dos días los mismos subieron una montaña situada a 10 millas  más al Norte que para asombro de ellos emanaba también chorros de vapor y que  bautizaron Cerro Mimosa. El nombre no se relaciona con la naturaleza volcánica  del monte pero es el de la nave que llevó a la Patagonia a los colonos galeses.  Nosotros mismos hemos observado, en el año 1995, vapores que salían de la  cresta Sudoeste del Lautaro un poco por debajo de la cumbre. Andinistas  franceses relatan lo mismo en 1998. El volcán no está apagado y no se puede  desechar que se deban a él no solamente las piedras pómez dispersas sino  también los inesperados avances de glaciar que se verificaron en el pasado.  Fenómenos de "surge" por efecto de su calor podrían haber causado en  varias ocasiones el avance anómalo del Glaciar Pío XI que provocó el  anegamiento del valle del Río Greve que se encuentra hoy ocupado por un gran  lago. Ya en el año 1925 un inesperado avance de este glaciar causó la  precipitada fuga del colono que se había asentado en el Seno Eyre el año  anterior". 
                    
"Aún cuando llegue el día en que la Patagonia no tenga ya ningún rincón inexplorado y todas sus montañas hayan sido conocidas y escaladas, sus volcanes seguirán ofreciendo un estimulo para las investigaciones y seguirán recordándole al hombre su propia fragilidad y pequeñez".
Silvia Metzeltin y Gino Buscaini.
                    Lautaro, el gran  caudillo araucano
                    Lautaro, el que fuera conocido y celebrado como gran caudillo araucano, fue capturado siendo muy joven por los hombres de Valdivia y ,hecho prisionero en Concepción, fue destinado al cuidado de los caballos. Al tener conocimiento de que se fraguaba una rebelión contra los españoles, Lautaro aprovechó un momento de descuido de los guardianes para fugarse y unirse a su pueblo en armas.
Lautaro El gran caudillo araucano
                    El año de cautiverio le había proporcionado unos conocimientos  que le sirvieron para idear las tácticas adecuadas de combate,las que puso en  práctica en la batalla de Tucapel, donde Pedro de Valdivia fue derrotado y hecho prisionero. Tras este  éxito, Lautaro continuó la  ofensiva dirigiéndose hacia la posición española más sólida, la ciudad de  Concepción. Las tropas del nuevo gobernador, Villagra, le salieron al paso pero fueron derrotadas; entonces Lautaro cruzó el Biobío, y ante la  noticia, los españoles huyeron de Concepción. La ciudad fue saqueada y quemada. 
Aquellos espectaculares éxitos de los araucanos causaron desmoralización entre los españoles, quienes pensaron en evacuar Santiago. Efectivamente, Lautaro continuó su guerra ofensiva y, mientras con sus tropas cruzaba el Maule, Caupolicán avanzaba hacia el sur contra Imperial y Valdivia. Aunque la suerte volvió a sonreírle en la batalla de Mataquito, ésta no fue decisiva, pues al año siguiente el gobernador Villagra logró derrotarlo en la acción de Peteroa, donde Lautaro cayó herido de muerte el 29 de abril de 1557.
                    Significado  del nombre Lautaro
                    Lautaro se origina como nombre de pila por el haber sido el de un caudillo araucano que fuera el héroe de la independencia chilena y es muy utilizado en Argentina y Chile por este motivo. Su origen etimológico lo convierte en un nombre totémico que significa "traro veloz". El traro es una especie de ave de rapiña común en la zona central de Chile.
Vista hacia el sur desde la cumbre del Volcán Lautaro, puede verse el cordón Pio XI. 
                    Foto: Guillermo Martin
  
  
Vista hacia el este desde la cumbre del Volcán Lautaro, pueden verse los iconos de la historia de la escalada
                    (Cerro Torre, Fitz Roy, Eigger, Poincenot, Pollone y otros). Foto: Guillermo Martin
                    
                    
Vista hacia el norte desde la cumbre del Volcán Lautaro, puede verse la estepa de los hielos Continentales. 
                    Foto: Guillermo Martin
                    
                    
Vista hacia el oeste desde la cumbre del Volcán Lautaro, pueden verse los fiordos y lagos Chilenos. Foto: Guillermo Martin
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Se Inaugura en 1937 el Parque Nacional "Los Glaciares"  
  Es nuestra misión dar a conocer la Cultura de Montaña Argentina y por lo tanto es prioritario que si es utilizado nuestro material visual, acuerden con la institución su uso. Si están interesados en el material fotográfico del CCAM, le sugerimos que se contacten a: info@culturademontania.org.ar
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