Tres mujeres salteñas en lo más alto de la gran montaña calchaquí
Provincia de Salta
- Por Griselda Moreno -
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Integrantes: Mariela Del Valle Flores, Mercedes Lopez y Griselda Moreno
5.650msnm, cuarto campamento, una madrugada bajo cero y el viento que sacude la carpa doblegando sus parantes en nuestras bolsas de dormir. El sonido del calentador para un té, capas y capas de ropa encima y todas las ansias por empezar la trepada. La nieve que brilla vertical, los crampones que se clavan en ella, el viento como una pared deteniendo cada paso y el aire gélido que se incrusta en la cara. Más de 6.000msnm, la alegría y homenaje a las mujeres montañistas argentinas y toda la belleza de encontrarnos rodeadas por los grandes picos del Norte Argentino. (De mi cuaderno de notas)
Ubicación del Nevado de Cachi, Cumbre del Libertador Gral. San Martin. Provincia de Salta, Argentina
Salida desde las Pailas. Primera expedición femenina al Nevado de Cachi
Tenía guardado un deseo desde hacía tiempo en mi corazón: que un grupo de mujeres salteñas ascendieran a una montaña de más de 6.000 metros en forma totalmente autónoma. Ese deseo cobro finalmente cuerpo y realidad. La primera expedición femenina al Nevado de Cachi empezó el miércoles 10 y culminó el martes 16 de octubre del 2012 con la felicidad de haber llegado a la cumbre Hoygaard. El Nevado de Cachi fue el elegido por ser una montaña emblemática del norte argentino y el vigía esencial de nuestros Valles Calchaquíes.
Las mujeres que conformamos esta expedición (todas con variados y distintos ascensos a montañas) correspondíamos a tres décadas generacionales distintas con la ilusión de motivar a nuestro género a iniciativas semejantes sin importar el momento de la vida que estuviéramos transitando. Mariela de Valle Flores transitando sus 20, intentando entender y aprender sobre la alta montaña, Mercedes López en sus 40, madre de dos hijos, queriendo cumplir sueños postergados y quien relata en sus 30, liderando la expedición, aspirando transmitir pasiones y concreción de objetivos. Sumado a las personalidades y caracteres de cada una, la expedición resultó una mezcla de experiencia, resistencia y juventud.
Mariela Del Valle Flores. Primera expedición femenina al Nevado del Cachi
Mercedes Lopez. Primera expedición femenina al Nevado del Cachi
Griselda Moreno. Primera expedición femenina al Nevado del Cachi
La ruta elegida fue la Sureste o La Pailas, conocida como la ruta deportiva. Cargamos todo el equipamiento necesario (ropa de abrigo, comida, elementos de cocina, carpa, grampones, piquetas, etc.) en mochilas de unos 16 a 18 kilogramos aproximadamente cada una. El ascenso demandó cuatro campamentos que localizamos a los 4.175mts, 4.775mts, 5.256mts, y 5.650mts respectivamente y un campamento en nuestro descenso. Todo el camino fue de una gran belleza escénica, donde caminamos a la vera de ríos, bebimos agua de las vegas con hierbas aromáticas de la puna, nos cruzamos con vizcachas andinas, atravesamos cascadas de hielo y asistimos a la maravilla de un circo glaciar que nos dejó extasiadas y llenas de emoción cuando localizamos el último campamento antes de caminar hacia la ilusión cumbrera. “Siento que de repente mi sueño se abrió, está aquí, frente a mi” me dijo Mercedes con los ojos llenos de lagrimas en el momento en que salimos de la vertiginosa canaleta que develaría la impactante base nívea del glaciar del Khun.
Desde el campamento Piedra Grande al campamento Isla de Piedras. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Pasando por Isla de Las Piedras. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Esta expedición (como otras que se han llevado adelante por mujeres en otros países) posiblemente dé cuenta de esa cierta fortuna que tenemos de haber nacido en esta época, donde muchos prejuicios y diferencias arcanas quedaron atrás. Y que a pesar de ciertas incongruencias del segundo milenio, la libertad de expresión y de acción que hoy tenemos supera ampliamente a aquella del 1900.
Pensaba mientras ascendíamos los escarpados relieves de esta emblemática montaña, cómo habrían sido los días de ascenso de la tucumana Mariela Valle en aquel Octubre de 1981 al convertirse en la primera mujer en ascender este Nevado. Habrían de pasar 31 años, para que la primera expedición femenina tuviera lugar. Las imágenes de Liliana Garrido y Valeria LLama también se presentaron en mi caminar: las primeras mujeres salteñas en dejar sus huellas y llegar a lo más alto del coloso Aconcagua. Y así, a cada paso diferentes mujeres de distintas nacionalidades que marcaron y marcan caminos atravesaron mis pensamientos, aquellas que conquistaron montañas de más de 8.000 metros y esas otras que se animaron a grandes travesías o a las carreras de aventura.
Giraba en mi posición para ver a mis compañeras Mercedes y Mariela (ambas del Club Amigos de la Montaña) que venían pocos metros atrás y el corazón me latía con solo verlas caminar enfrentando a la montaña. Conmigo llevaba la bandera del Museo de los Seis miles, un Museo ubicado en la ciudad de Fiambalá, Catamarca dirigido por dos avezadas y admirables montañistas catamarqueñas: María Acevedo y Lis Sable. Me impulsaba el deseo de flamear esa bandera en lo alto de la montaña en reconocimiento a la intensa labor que llevan adelante para difundir las montañas y volcanes de más de seis mil metros de la zona.
Campamento 1. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Camino al campamento 3. Expedición femenina al Nevado de Cachi
No negaremos que existieron mujeres intrépidas que desafiaron las ataduras del ambiente privado y se encaramaron en aventuras que ni ellas imaginaban en tiempos que sus acciones, pensamientos y sentimientos no eran aceptados socialmente. Pero nunca hemos sido un fenómeno masivo. La mujer lanzada por el mundo, que decidía partir del halo familiar, que ambicionaba cosas fabulescas (como meterse en las montañas) era algo anómalo.
Ser mujer en las montañas es cada vez más aceptado, merito de las acciones propias de las mujeres y no porque fuera una acción natural, el ámbito históricamente fue masculino. Estoy segura que muchas de nosotras nos hemos encontrado siendo parte de expediciones completamente conformadas por hombres, pero han sido esas participaciones que sumadas año a año en diferentes puntos del mundo, lo que ha desencadenado que hoy las mujeres caminen las montañas, decidan, lideren y quizás lo más importante “compartan” al nivel de los hombres.
De las montañas he aprendido cuán ancha se observa la vida cuando descendemos de las alturas, donde parecemos desaparecer. Ellas me han enseñado el valor de la existencia. Me han mostrado que no solo son moles de roca y nieve, que la historia de nuestra raza palpita en ellas, que reviven con cada gesta del ser humano y las huellas fraternas que en sus faldas quedan.
Mercedes en la salida de la canaleta que lleva a la base del glaciar del Khun. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Ascenso al campamento 4. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Posiblemente hoy contemplamos estas cimas con otra mirada de cómo lo hicieron las romerías incas. Pero por cierto convocan extrañas sensaciones que trascienden la ascensión en sí misma e inyectan en los sentimientos el embrujo de una necesidad. Acaso la de regresar, la de volver una y otra vez para respirar el aire enrarecido y puro de las alturas, la de caminar contiguo al silencio, la de abrazar desesperada la soledad y lograr la inspiración en las inmaculadas tintas níveas o en esa impresionante sensación de infinitud. Si, la de honrar a la montaña en cada paso, la de saber que allí arriba un hilo invisible de atemporalidad comunica mundos distantes y elimina todo tipo de fronteras.
El tiempo deja de ser importante en ellas. Sólo valen las interminables noches calladas y el manto estelar a centímetros de las narices. No importa si se ha llegado antes a la cima o un par de horas después. Tampoco importa si la cumbre no toca ese día. Vale regresar con momentos inolvidables y todas las capacidades para intentarlo otra vez. Vale admirar, respetar, estimar lo que tenemos y volver con las pieles encendidas reflexionando sobre el poder de estos seres gigantes de la tierra. Y también en la energía que absorbemos cuando hemos pasado un tiempo allí.
Griselda Moreno con la bandera de Makalu. Primera expedición femenina al Nevado de Cachi
Día del ascenso a la cumbre. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Quisimos homenajear a las mujeres montañistas argentinas y en especial a las salteñas, que con gran potencial vienen caminando las montañas de nuestro norte. Hay una lista interesante de mujeres capaces de generar buenas iniciativas, como la de Julieta Balza y María Laura Figueroa que semanas atrás concretaron la travesía de la Cumbres Blanca (5.600mts) y Navaja (5.580mts) perteneciente al cordón montañoso del Nevado de Acay. También recientemente se inauguró la Escuela de Montaña de San Antonio de los Cobres dirigida por Jaime Soriano, donde una gran cantidad de niñas entusiasman día a día la palestra y se animan desde cortas edades a la alta montaña.
El regreso a casa me llevó a pensar en las palabras de José Fadel cuando en su libro Mi Amiga la Montaña escribió:
“Montañista no es solo aquel que va a las montañas en busca de las cumbres de la tierra y del espíritu, sino también, aquel que lleva en las mochilas el fuego encendido de la amistad y las banderas desplegadas del abrazo fraterno”.
En la cumbre. Expedición femenina al Nevado de Cachi
En la cumbre. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Así regresamos nosotras tres, encendidas de vida, con inmensas ganas de transmitir todo lo aprendido junto a las sensaciones y los sentimientos ganados. Mariela me escribía en un correo al día siguiente: “Para mí los momentos más importantes fueron que Mercedes haya podido pisar su soñado anfiteatro, que vos hayas podido cumplir el objetivo de la cumbre, y que nos hayas hecho llegar, y lo mágico para mí fue haberlo compartido y aprendido de y con ustedes. Fue una de las mejores experiencias de mi vida porque me di cuenta de todo lo que me falta aprender.”
Más Fotos
Pidiendo permiso a la montaña. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Desde el campamento Piedra Grande al campamento Isla de Piedras. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Camino de Las Pailas al campamento Piedra Grande. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Campamento Isla de las Piedras. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Campamento 3. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Griselda Moreno y Mercedes Lopez. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Campamento 4. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Día del ascenso a la cumbre. Expedición femenina al Nevado de Cachi
El día de regreso al punto de partida. Expedición femenina al Nevado de Cachi
Es nuestra misión dar a conocer la Cultura de Montaña Argentina y por lo tanto es prioritario que si es utilizado nuestro material visual, acuerden con la institución su uso. Si están interesados en el material fotográfico del CCAM, le sugerimos que se contacten a: info@culturademontania.org.ar
Todo el material fotográfico del CCAM es restaurado y publicado en alta resolución.
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