Fin
de Semana Escalando en Barker
- por Hernán
Rafaele -
Promediaba
fines de mayo o principios de junio. Era una de las tantas
tardes de sábado que compartimos entre amigos y compañeros
en el CCAM (Centro Cultural Argentino de Montaña),
cuando de repente a alguien se le ocurrió decir que podíamos
armar una salida. De inmediato empezaron a aparecer voces
desde cada rincón del muro ratificando la idea, es así como
a la semana siguiente y aprovechando
el fin de semana largo que estaba próximo, decidimos ir a BARKER, una localidad a 460 kilómetros de Buenos Aires.
Barker es uno
de los lugares más lindos, tranquilos y emocionantes para
poder realizar los primeros contactos con la roca. El macizo
que se encuentra allí pertenece al Complejo de Ventania,
una de las cadenas más antiguas de la región. Este lugar se
llama Cuchilla de las Águilas y se encuentra a 11 kilómetros
del poblado de Villa Cacique, en el cual también esta
el camping donde nos quedamos. Dicho macizo cuenta con más
de 100 rutas catalogadas de diferentes niveles, enchapadas
y listas para usar.
Emocionados
por la salida, nos dispusimos a armar y recolectar todo el
material que seria necesario llevar, además necesitábamos
información sobre el lugar, la que pudimos conseguir en la
biblioteca especializada del centro (CCAM).
Llego
el día esperado, el viernes 13/06/08. Acordamos encontrarnos
media hora antes de que salga el micro, en la terminal
de Retiro. El primero en llegar fue Guille, que
por miedo a que el tren no lo deje llegar a tiempo, llego
como dos horas antes. Luego llegué yo, unos cuarenta minutos
antes de partir y unos minutos después cayó Fer.
Al costado de la estación nos dispusimos a esperar que salga
nuestro micro. Mientras tanto nos tomamos unos mates con pan
casero que trajo Guille, como para matar la espera.
Comentábamos
entusiasmados todo lo que podíamos hacer y practicar en cuanto
llegáramos. El micro estaba anunciado para las 11:30 pero
terminó saliendo a las 12:30, lo importante es que salió,
je. Subimos al micro, y mientras dispuse a acomodarme para
dormir durante el viaje, los muchachos, que no se podían dormir,
se quedaron hablando hasta que los venció el sueño.
Llegamos
a Tandil a las seis de la mañana del 14 donde desayunamos
en la terminal esperando que llegara el micro que nos llevaría
hasta Villa Cacique. Arribamos a nuestro destino aproximadamente
a las 8:00 hs. y nos dirigimos hacia el camping donde pasaríamos
nuestra estadía. Al llegar al mismo, nos dispusimos a armar
el campamento, rápidamente buscamos madera para calentarnos
por la noche y una vez finalizadas dichas tareas, cargamos
el equipo en nuestros hombros y caminamos los 11 km. que nos
separaban de nuestra diversión.
En
esta caminata nos conoció prácticamente todo el pueblo, nos
veían caminando por la ruta, cuando ellos pasaban un sus vehículos,
je. Finalmente alcanzamos nuestro destino y nos dispusimos
a buscar una ruta que nos diera un poco de medicina para la
ansiedad de tener contacto con la roca. Pasamos el resto de
la tarde escalando, practicando rutas y analizando las posibilidades
de progresión sobre la pared, hasta que de repente sin darnos
cuenta, una gigantesca nube negra se posó sobre nuestras cabezas
y comenzó a tirarnos con todo lo que tenía. Como el agua nieve
comenzó a mojar el equipo, decidimos retirarnos, con prisa.
Nos quedaba volver al campamento y para eso teníamos que CAMINAR
LOS 11 Km. DE VUELTA! No sé si es que algún dios se apiadó
de nosotros o qué, pero de la nada aparecieron dos chicos
que venían a ver como estaba el complejo y, oh casualidad
venían en auto y paraban en el camping junto a nuestra carpa. Fer se puso a hablar con uno de ellos y nos ofrecieron
llevarnos, GRACIAS DIOS, EL QUE SEA!!!. Es así como zafamos
de caminar 11 Km. bajo la lluvia.
Al
llegar al campamento, nos pusimos con Guille a juntar
más leña para prender la fogata, mientras Fer fue por comida. Apareció al rato con una tira de asado y vino.
Después de llenarnos de humo, comimos y yo particularmente
me fuí a dormir por que estaba muy cansado, Guille se fue bañar con menos de 0 grados y Fer mmm no tenía
sueño. Al otro día, nos levantamos tipo 9 entusiasmados por
volver a la roca, cosa que se vio frustrada por que mientras
dormíamos se desató un temporal de viento y lluvia (del cual
ni nos enteramos).
Al
salir de la carpa encontramos a nuestros vecinos apostados
en el quincho del camping por que el viento les había roto
la carpa durante la noche y mojado todas sus cosas. Por suerte
contábamos con una carpa de alta montaña gentileza de nuestro
amigo Fer, lo que sí sufrieron algunos es el frío,
como el loco macfly, jeje, que se hizo el guapo acostándose
sin ropa y término hasta con la campera puesta adentro de
la bolsa. Nos levantamos, desayunamos y con ánimo de que el
día mejoraría salimos a caminar con el equipo a cuestas.
Decidimos pasar por la casa de turismo de la zona, para ver
qué podíamos hacer si el tiempo no mejoraba. Ahí nos recibieron
de una manera increíble, con mucha amabilidad y cortesía,
además de muy buena onda. Conocimos al hijo de la encargada
de la oficina de turismo el cual se ofreció a mostrarnos el
pueblo y luego, nos fuimos todos a ver el partido de Argentina
en la cantina de Omar, una persona muy particular, como pocas.
Más
tarde acompañamos a nuestro pequeño guía a su casa y nos fuimos
a dormir esperando que nuestro próximo día sea un buen día
para disfrutar de la roca. Así fue. Al levantarnos encontramos
el cielo despejado y con el sol asomándose. Tomamos nuestras
mochilas contratamos un remise que nos llevara hasta cuchilla
y nos fuera a buscar por la tarde, donde pasamos el día más
productivo de toda la estadía. Guille y yo nos volvimos
ese lunes mientras que Fer se quedó esperando a Federico y Rubén, que llegaban el miércoles para quedarse
hasta el finde próximo.
Entre
chistes, buena onda y camaradería pasamos un fin de semana
muy bueno y motivante. Agradecemos la generosidad y amabilidad
con la que nos atendieron en la oficina de turismo de la zona
y especialmente a TATI (como le dicen sus allegados),
la encargada.
Escaladores del CCAM:
Hernán Rafaele.
Guillermo Tula.
Fernando Olivero.
Federico Serino.
Rubén Gonzales.