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Biografía del gran escalador francés
Enciclopedia Incompleta de Montaña
- Por José Herminio Hernández, Coronel (RE) -
Restauración Fotográfica: Centro Cultural Argentino de Montaña, Natalia Fernández Juárez
Nació en Torino, Italia, en el año 1917, de una familia italiana, que el año 1920, cuando contaba con solo tres años, se trasladó a París, Francia.
Guido Magnone. Foto: www.ledauphine.com
Luego de realizar estudios sobre arte, y haber practicado con éxito un buen número de deportes; en el año 1943, cuando tenía 25 años, descubrió su pasión por los deportes de montaña, durante unas vacaciones en Chamonix y sin ninguna preparación previa, subió el Monte Blanco, por la vía normal.
En poco tiempo pasó a integrar el grupo alpinístico parisino de la época, donde emergieron figuras como, Poincenot, Ferlet, Poulet, Aubert y Brunaud, con los cuales realizó algunas ascensiones de valor: la pared Norte del Petit Dru, pared Nordeste del Badile y pronto se convirtió en uno de los mejores escaladores de su generación, incluyendo entre sus registros de la conquista de las cumbres de prestigio importantes de los Alpes y siendo uno de los alpinistas franceses más representativos luego de la posguerra.
Del libro La Cara Oeste de los Drus. De izq. a der. Marcel Laine, Adrien Dagory, Lucien Berardini, Guido Magnone
Del Libro La Cara Oeste de los Drus suspendido en el estribo en las mas incomodas posturas colocando clavos en las paredes mas increíbles
Como decía Louis Depasse:
Magnone, el grupo de los bleausards, es decir, aquellos que se adiestraban con los grandes bloques de gres del bosque de Fointainebleau, próximo a la capital francesa. Allí existen algunos escalamientos tan difíciles que los mejores trepadores, cuando acometen por primera vez estos bloques, solo alcanzan a elevarse unos cuantos decímetros del suelo.
En compañía de Dagory y de Berardini, inició después, los tentativos a la pared Oeste del Petit Dru, objetivo muy ambicioso de los escaladores de la postguerra. El grupo de los parisinos estaba formado por aficionados, que se entrenaban durante los días feriados en la palestra de Fontainebleau y Saussois y durante las vacaciones esta actividad se trasladaba al Monte Blanco.
Del libro La Cara Oeste de los Drus. Guido Magnone realizando un rappel pendular
Del libro La Cara Oeste de los Drus. Clavijas y mosquetones de la expedición
En el año 1948, realizó la pared Norte del Pizzo Badile.
En el año 1952, fue invitado a participar en la expedición a Los Andes Patagónicos, en Argentina, más precisamente al Chaltén, y con tal de integrar la misma, empeñó su tractor para así contribuir a los gastos de la expedición.
Nos decía Louis Depasse, respecto a Guido:
Guido Magnone, apareció a última hora. Es un hombre universal. Ex-alumno de la Escuela de Bellas Artes, campeón de natación y de wáter-polo, se ha dedicado muy a regañadientes, a las prosaicas tareas de la fábrica paterna. Es cartonnier, es decir cartonero y no cantonnier, peón caminero, como dice erróneamente su pasaporte. Este error tiene sin embargo, algún fundamento, su conocida afición a martirizar las piedras con el martillo. Porque Magnone, tan bueno y tan sonriente, es uno de los mejores especialistas franceses de escalamiento artificial. Este muchachón de contextura atlética, de fuerza y resistencia sorprendentes, más duro que su martillo y muchísimo más que sus clavos de roca, ha acometido en varias oportunidades la más formidable pared que aún se conserva virgen en los Alpes: la faz Oeste del Dru. Allí, a fuerza de voluntad y de perseverancia, ha trazado, sobre varios centenares de metros, una ruta que desanima a todos los que, alguna vez, podrían pensar en imitarlo. Hasta ahora el Dru ha resultado vencedor, pero todos estamos seguros de que Guido, tendrá su Dru…Mientras tanto, se dispone a afilarse las uñas para el Fitz. Algunos dicen que, para Guido, el Fitz es solo un ensayo para su Dru. Pura maledicencia. Bajo su áspera corteza, esconde una verdadera alma de poeta y mucho más que en meros problemas técnicos piensa en las maravillas que va a descubrir en esas regiones desconocidas. Por fin las afinidades meridionales de Guido, no se exteriorizan, como en el caso del doctor Azema, por un desborde de palabras. Por el contrario, habla poco, pero, ¡sus manos! Decimos habitualmente que Guido habla con las manos y ello le resultará muy útil para hacerse entender en la Argentina.
Una vez en el Fitz Roy, a pesar de que Lionel Terray, vio prudente retirarse de la montaña, por las condiciones climáticas imperantes, Guido, lo convenció y con unos micropitonisas (clavos muy pequeños) que había reservado para abrir latas de conservas, encabezó el último tramo de la escalada, que coronó junto a Terray la cima virgen del Cerro Fitz Roy el 2 de febrero de 1952, logrando un éxito considerado hasta ese momento el más difícil del momento.
El presidente Peron procede a condecorar a Guido Magnone con la medalla del deporte por su logro en la cumbre Fitz Roy
De regreso a Francia, vuelve a intentar el asalto entre el 1 y el 5 de julio de 1952, al Dru, conformando la cordada junto a Berardini y Dagory, superando tres cuartos de la pared, deben renunciar a seguir por falta de víveres, el 17, 18 y 19 de julio del mismo año, los tres con Lainé, vuelven a realizar otro intento, finalizando la coronación del mismo a través de la pared Oeste.
Fue este éxito considerado como el más grande del alpinismo francés hasta ese momento y seguramente el logro más destacado de Magnone, sea por la importancia histórica de la escalada, sea por la dificultad técnica realizada. El mismo año, conformando la cordada junto a Rébuffat, Leroux, Brunaud y Abram, realizó la primera escalada francesa a la pared Norte del Eiger, en condiciones muy severas y dramáticas.
Luego de la repetición de la pared Este del Gran Capucin, la actividad de Magnone, pasó al escenario extraeuropeo; la Federación Francesa de Montaña, lo invitó a organizar junto a Jean Franco, una expedición al Everest. Pero los ingleses se le adelantaron al objetivo, por tal motivo, seleccionaron el Makalú, la quinta montaña del mundo, en orden de altura.
Guido Magnone. Foto: www.clubalpinoaccademico.it
Participó así a las dos expediciones al Makalú, en los años 1954 y en 1955, siendo en la segunda donde alcanza finalmente la cima.
A partir de ese momento la vida del Magnone giro permanentemente en la montaña, realizó films, dio conferencias y escribió libros.
El 12 de julio de 1956, escaló con una expedición muy ligera, por la vertiente Sureste, la esplendida Torre Muztagh, de 7.273 metros.
Entre los años 1956 y 1965, fue presidente del Groupe de Haute Montagne.
En el año 1958, sucedió a Jean Franco, en el cargo de director técnico de la Unión Nacional de Centros de Montaña.
Luego de una expedición al Cáucaso, participó de la expedición del año 1959, al Monte Jannu, alcanzando con Paragot, el punto más elevado, cercano a la cima, a 300 metros por debajo de la misma. Por varios motivos la tentativa falló, y luego, fue conquistado por otra expedición guiada por Lionel Terray.
El 5 de agosto de 1962, conformando la cordada junto a Lionel Terray, René Dubost, Paul Gendre y Jacques Soubis, escalaron en la Cordillera Blanca del Perú, la cumbre Este del Chacraraju, de 6.001 metros, siguiendo la arista Noreste, por la cara Este, siendo la primera absoluta de la misma. Realizó además, numerosas expediciones en el Cáucaso y en las montañas Rocosas.
En el año 1965, realizó la primera escalada de la Torre Eiffel, trasmitida en vivo para la TV, conformando esta actividad junto a Lucien Bérardini, Robert Paragot, Ian Mc Naught y Davis Vermondet.
A partir de ese momento abandonó la actividad alpinistica; como director de cine, participó con su film Makalú, en el Festival de Trento, siendo vencedor del mismo.
Fue autor del libro La face ouest des Drus, es decir, La cara Oeste de los Drus, en el cual explica su técnica de escalada artificial y el porqué de la misma.
Tapa del libro La Cara Oeste de los Drus, editorial Juventud 1956
A fines de los años setenta retorna nuevamente a su actividad como escultor, realizando incluso sus obras con materiales pobres, como las botellas de plástico, recuperadas de las cimas que tanto amaba. Y desde ese punto de vista, como artista plástico, su actividad como escultor, su obra fue expuesta en el museo abierto de Etroubles, en el Valle de Aosta, Italia.
En el mes de febrero de 2005, la editora Arthaus, publicó su biografía, Sculpteur de cimes. El cineasta Jean-Michel Rodrigo, produjo para la Mecanos Producciones un documental sobre la vida y obra de Guido Magnone, titulado, Guido Magnone, La Décennie Magnifique. Algunas tomas se hicieron en Étroubles, en relación con la participación del artista en un local de museo al aire libre.
Tapa del libro Escultor de Cimas, editorial Arthaus, 2005
El film, con el nuevo título, Guido Magnone – La Voie des Sommets, fue presentado, el 16 de noviembre de 2006, en Grenoble, en el Festival de Cine, 8èumes Rencontres du Cinéma de Montagne, donde Magnone, fue ovacionado y aplaudido largamente.
Participó también en el concurso de Trento Film Festival, en el año 2007. Este mismo año, fue declarado socio ad honorem, del Club Alpino Accademico Italiano, en el ámbito del Congreso Nacional del Club Alpino Accademico Italiano, que se realizó el 6 de octubre de 2007, realizado en el Forte di Bard, sobre el tema Apritori a confronto: l´etica di apertura delle vie nuove, es decir, Abridores en comparación: la ética de la apertura de las vías nuevas.
El 9 de julio de 2012, falleció a la edad de 95 años, en su tierra natal, Francia, este “artista de la cimas”.
Guido Mignone dando una conferencia en el 2002. Foto: www.masse.fr
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