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- HISTORIA DEL MONTAÑISMO
Reinhold Messner tuvo un sueño, escalar el Everest en solitario en una estación climatológica nunca intentada anteriormente, el verano, en pleno período monzónico
- Por Marcelo Lisnovsky -
Restauración Fotográfica: Centro Cultural Argentino de Montaña, Natalia Fernández Juárez
“La soledad es una fuerza que te aniquila si no estás preparado para superarla, pero que te lleva más allá de tus posibilidades si sabes aprovecharla para tu propio beneficio”. Reinhold Messner
Quise comenzar esta nota con la frase de uno de los protagonistas de esta historia. El otro, es el Everest, la montaña más alta de la Tierra. Y no hay más personajes. En una época donde nos hemos acostumbrado a cuerdas fijas, oxígeno artificial, caravanas de porteadores, equipos de comunicación y tecnología satelital, la hazaña de Messner nos retrotrae a los comienzos del alpinismo en Los Alpes, pero en una escala que los pioneros jamás habrían imaginado.
Reinhold Messner en el segundo vivac a 8.200 mts.en el Everest. Foto: Everest en Solitario
Ubicación del Monte Everest. Mapa: Libro "El horizonte de cristal. Everest, el primer ascenso en solitario" de Reinhold Messner
El montañismo es un deporte de superación: primero fueron los montes más altos por sus vertientes más fáciles. Luego se buscó la dificultad, en esos mismos montes que ya habían sido vencidos, pero por sus aristas menos amigables. Más tarde se realizó la superación intentando las montañas cuando el clima era menos favorable: en el invierno, por ejemplo. Y hubo algunos que quisieron ir más allá: ¿por qué no escalar en solitario? para añadir un grado más de dificultad a todo lo anterior.
El alpinismo necesitó casi doscientos años para pasar de la primera ascensión al Mont Blanc por una cordada francesa hasta la primera ascensión invernal al Everest (1980) y la primera ascensión solitaria y sin oxígeno (1980), en una estación climatológica nunca intentada anteriormente: el verano, en pleno período monzónico.
Reinhold Messner tuvo un sueño utópico: escalar el Everest en solitario, sin equipo de oxígeno y en uno de los peores climas posibles: durante el Monzón, el viento cálido de la India que nace en el Golfo de Bengala y deposita cataratas de nieve en los flancos de las más altas montañas del Himalaya.
Contaba para lograrlo con su experiencia personal: más de 2000 cumbres conquistadas en los Alpes, primeras rutas en varias de ellas, muchas en solitario y en tiempos extremadamente cortos. Y en el Himalaya sus logros no eran menores: seis ochomiles (uno de ellos dos veces: el Nanga Parbat), la primera ascensión sin oxígeno al Everest (con Peter Habeler, en 1978) y la primera ascensión en solitario a un 8000 (Nanga Parbat, 1978).
Reinhold Messner y Peter Habeler en el Everest, 1978. Foto: www.outdoor-team.at
Reinhold Messner y Peter Habeler en el campamento 2 del Everest, 1978. Primera expedición al Everest sin oxígeno.
Foto: Leo Disckinson, www.rohantime.com
Reinhold Messner en el Nanga Parbat. Foto: Libro 'Solo, la primera ascensión en solitario al Nanga Parbat'
Y cuando hablamos de solitario, muchos pueden hacer referencia a que Hermann Buhl llegó a la cumbre del Nanga Partbat en solitario en 1953. Es verdad, pero lo hizo desde el último campamento situado a 6900 metros, establecido por él y sus compañeros de expedición.
Messner pretendía escalar el Everest enteramente solo desde la base hasta la cumbre, sin campamentos de altura y en estilo alpino, acarreando su tienda cuesta arriba. Y para que nadie dudara de su estilo, eligió la peor época del año para intentar la empresa: el verano, donde sabía que no habría ninguna otra expedición en la montaña y nadie podría acusarlo de haber recibido ayuda externa.
En 1979, la frontera china, cerrada a los occidentales desde que este país ocupó el Tíbet en 1950, volvía a estar abierta para los alpinistas de todo el Mundo.
Los primeros en aprovechar esta nueva oportunidad fueron los japoneses, que en Mayo de 1980 repiten la ruta clásica del Collado Norte – arista Nordeste, y abren una nueva ruta por la Pared Norte que desemboca en el Corredor Hornbein.
Rutas ascendidas al Everest en 1978 y 1980
Nena Holguin, quien acompañó a Reinhold Messner hasta el campamento avanzado a 6.500 mts. del Everest
Sir Edmund Hillary y Reinhold Messner
Tienda de vivac a 7.800 mts. en el Everest
Messner viajó inmediatamente a Pekín (Beijing) para gestionar el permiso de ascensión solitaria al Everest, en el período monzónico. La CMA (Chinese Mountaineering Association) [Sociedad China de Alpinismo] le concedió un permiso de escalada desde Junio de 1980 hasta el 31 de Agosto de 1980.
Durante su regreso del Ama Dablam, el año anterior, Messner conoce a la norteamericana Nena Holguin, quien lo acompañó en su gira de conferencias por Europa y le ofrece que lo acompañe en su intento al Everest, hasta el Campamento Base Avanzado. [En ocasión de su escalada en solitario al Nanga Parbat, Messner fue acompañado por Ursula Grether, estudiante de medicina, hasta el Campamento Base].
Ambos comienzan la expedición el 17 de Junio de 1980. Después de ultimar los detalles burocráticos en la capital China, se dirigen a Lhasa, capital del Tíbet, y luego al Campamento Base en el Monasterio de Rongbuk, el mismo desde donde partieran las expediciones británicas de preguerra, entre ellas la de Mallory e Irvine.
Los trekkings de aclimatación se suceden uno tras otro (llegan a caminar más allá del Cho Oyu en cierta ocasión); y comienzan a aprovisionar su Campamento Base Avanzado a 6500 metros.
Messner cuenta con una carta a su favor: el estudio climatológico de la región a través de los años, le permite conocer que habrá una “ventana” de buen tiempo o “Monsoonbreak” [interrupción del Monzón], que le permitirá hacer el intento de cumbre.
Cresta noreste cerca de la cima del Everest
Reinhold Messner en un descanso en el Glaciar Oriental de Rongbuk. Foto: Libro 'Everest en Solitario'
Segundo vivac en el Everest a 8.220 metros de altura
El 17 de Agosto de 1980, Messner hace un rápido reconocimiento de la ruta hasta el Collado Norte (7000 metros) y regresa al Campamento Base Avanzado.
Por fin, el 18 de Agosto de 1980, Messner, solo, se pone en camino hacia la cumbre del Everest. Lleva consigo una pequeña tienda, un saco de dormir, un calentador a gas, algo de comida, un tornillo de hielo, un clavo de roca, piolet y bastones de trekking; unos 18 kilogramos en total. Ningún medio de comunicación: imposible pedir ayuda en caso de emergencia, ya que nadie acudiría en su auxilio. Solo el escalador y la montaña.
¡A poco de comenzar la escalada, Messner cae en una grieta!. Es detenido por un providencial puente de nieve. Se promete a sí mismo renunciar a la ascensión, si consigue salir vivo de la grieta. Una rampa oblicua y la experiencia de años de alpinismo, lo llevan nuevamente a la superficie. El escalador mira hacia la lejana cumbre…, y se olvida de su promesa!. Continuará su camino hacia arriba.
Ese día llega hasta los 7800, en la Cara Norte del Everest, instala su tienda, derrite nieve y se prepara para una penosa noche, si bien ha cesado el viento.
Tapa del libro "El horizonte de cristal. Everest, el primer ascenso en solitario" de Reinhold Messner.
Foto: www.amazon.com
Aparato de oxígeno que se utilizaba en 1920 para escalar el Everest.
Foto: Libro "El horizonte de cristal. Everest, el primer ascenso en solitario" de Reinhold Messner
Reinhold Messner, autofoto en la cumbre del Everest
El segundo día de escalada las condiciones de la montaña se tornan muy difíciles. Nieve honda a casi 8000 metros! Peligro permanente de aludes. Amenaza constante de grietas. Imposible continuar hacia la arista Noreste [ruta original de Mallory e Irvine]. Decide desviarse por la Pared Norte hacia el Corredor Norton [Gran Couloir], donde las condiciones de la nieve son mejores. Sin embargo, adelanta poco en desnivel, sólo 400 metros. Instala su tienda a 8200 metros.
El cansancio acumulado es tremendo. El simple hecho de derretir nieve supone un esfuerzo agotador.
Ha decidido partir al día siguiente dejando todo en el vivac: tienda, bolsa de dormir, calentador, comida, hasta los bastones de trekking. Solamente el piolet y la cámara de fotos.
La cara Norte del Everest desde el monasterio de Rongbuk
Foto: Los Techos del Mundo - Richard Sale y John Cleare
El 20 de Agosto de 1980 inicia su histórica jornada. Las condiciones de la nieve son iguales: nieve blanda, peligro de aludes constantes, y se le suma una espesa niebla. Debe adivinar el camino hacia la cima, en los escasos momentos que la niebla se aclara.
Por momentos se arrastra sobre manos y rodillas, se encuentra al límite de sus fuerzas. Se pregunta dónde estará la cumbre. De pronto, se encuentra con el trípode chino frente a sí. Ha llegado a la cumbre!!! [el trípode de aluminio fue instalado por una expedición china en 1975, que llevó nueve alpinistas a la cima, entre ellos la segunda mujer, la tibetana Phantog].
Son las 15 horas del 20 de Agosto de 1980. Reinhold Messner se encuentra por segunda vez en su vida en la cima de la montaña más alta del Mundo. Esta vez solo. Y como siempre, sin oxígeno embotellado. “By fair means”.
Reinhold Messner en la cumbre del Everest sin oxígeno, 1980. Foto: www.alencuentrodelsol.blogspot.com.es
Cima del Everest, 1980
Reinhold Messner en el Everest. Foto: www.am14.net
Reinhold Messner descansando después de lograr la cumbre en solitario en el Everest, 1980.
Foto: Nena Holguín, www.ngm.nationalgeographic.com
Unas pocas fotos de recuerdo con el auto-disparador de la cámara, y comenzar el descenso. La niebla le impide contemplar el paisaje.
Pernocta nuevamente a 8200 metros, en la pequeña tienda que dejó abandonada por la mañana.
Al día siguiente, 21 de Agosto, continúa bajando y se encuentra con Nena Holguin en el Campamento Base Avanzado, a 6500 metros.
El 29 de Agosto abandonan el Campamento Base de regreso a la civilización. El retorno a Europa se produce el 10 de Septiembre de 1980.
Un sueño ha concluido, una utopía conseguida. El Everest en solitario, sin oxígeno ni cuerdas fijas y en pleno período monzónico.
Pero el más exitoso alpinista de todos los tiempos ya está pensando nuevos desafíos: terminar la carrera por los 14 ochomiles, escalar las Siete Cumbres más altas de todos los continentes, atravesar a pie la Antártida, crear museos de montaña por todo el Mundo, producir películas que hagan conocer el “gran alpinismo” al ciudadano común…
Una página de la historia alpina queda atrás. Que nos sirva de de ejemplo para intentar nuestras propias cumbres, en la medida de nuestras posibilidades.
Reinhold Messner en la cumbre del Everest. Foto: The National Geographic Society - C D B BRYAN - Tomo II
Reinhold Messner en la cumbre del Everest. Foto: National Geographic en español noviembre 2006
Reinhold Messner apunta a una fotografía del Everest, después de su ascenso sin oxígeno suplementario, en 1980.
Foto: www.ctxt.es
Reinhold Messner durante la expedición al K2. Foto: www.trekkingnepalhimalaya.org
Bibliografía:
- Everest en Solitario, de Reinhold Messner, Editorial RM.
- Everest sin oxígeno, de Reinhold Messner, Editorial RM.
- Solo, de Reinhold Messner, Editorial RM.
- Everest, de Peter Gillman, Ediciones Desnivel.
- Los Techos del Mundo, de Richard Sale y John Cleare, Ediciones Desnivel.
- La última ascensión, de David Breashears y Audrey Salked, National Geographic.
- The National Geographic Society, tomo II, de C. D. B. Bryan, La Nación.
- All 14 Eight-Thousanders, de Reinhold Messner, Cloudcap Press.
- Revista Desnivel. Número 163.
- Revista Desnivel. Número 198.
- Revista National Geographic en Español. Mayo 2003.
- Revista National Geographic en Español. Noviembre 2006.
Área Restauración Fotográfica del CCAM: Natalia Fernández Juárez
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