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Vivencias en los Andes del Tucumán
Restauración Fotográfica: Centro Cultural Argentino de Montaña, Natalia Fernández Juárez
AUTOR: Jaime Suárez Gonzales
COLABORACIÓN EN ESTE LIBRO: Coronel R. José H. Hernández y Juan Pablo Nemec del Grupo CAMME.
PROLOGOS: Jordi Pons y Guillermo Almaraz.
EDITORIAL: Zeta Editores, Provincia de Mendoza.
AÑO: Primera Edición, Abril de 2014
FORMATO: 21 x 15 cm.
PÁGINAS: 194
IDIOMA: Castellano
REVISIÓN Y CORRECCIÓN: Liliana N. García y Cristina Pampillón
FOTOS, CROQUIS Y DIBUJOS: Jaime Suárez Gonzales
OTRA OBRA DEL AUTOR: Come Caballos. Reserva Laguna Brava, Gestas y Ascensos
Tapa del libro Nevados del Aconquija, Vivencias en los Andes del Tucumán
Primera edición 2014.
Autor: Jaime Suárez
Quien es Jaime Suarez Gonzales
Fue 10 años presidente de la Comisión de Ecología de UPAME (Unión Panamericana de Asociaciones de Montañismo y Escalada). Dirigió el operativo "El día que limpiamos el Aconcagua" que en 1991 limpió las 10 toneladas de basura acumuladas durante casi 100 años de expediciones en el Aconcagua. Ocupó la presidencia de UPAME durante el período 2000 al 2004. Realizó numerosas expediciones de ascenso y exploración en la Cordillera de Los Andes, siendo el primer andinista en consumar la ascensión a 10 cumbres diferentes de más de 6.500 metros de altura en dicha cordillera. Escribió artículos en publicaciones de montaña y durante 10 años en la revista Weekend. Realizó filmaciones de sus principales ascensiones. Empresario. Profesor en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo. Recibió el Cóndor Dorado por el Ejército Argentino. Es socio honorario del CAB (Club Andino Bariloche), del CAM (Club Andinista Mendoza) y es padrino del Museo de Montaña de los Seismiles de Fiambala en la provincia de Catamarca.
Jaime Suarez, lider de 4 expediciones al Pissis
Capítulo 1: El nevado de Aconquija
¿Cómo escribir un libro sobre un sistema de montañas que mide más de 100 km de largo, y en el que sólo coroné dos de sus cumbres, amén de haberlo cruzado en mula, y haberlo explorado en dos ocasiones más por sus laderas? No es fácil. Pero es inevitable no hacerlo al observar la poca información que sobre la Sierra del Aconquija y las ascensiones a sus cúspides existe. Los montañistas de Argentina manejamos al respecto, muy pocos datos, los que también son bastante difíciles de obtener. Personalmente no conseguí información de avances y rutas a las cumbres más altas. Sólo pude acceder a ofertas turísticas y a datos sobre algunas personas y cumbres logradas, sin mayores precisiones.
Pero estimo que los que actuamos en este medio tenemos el solidario deber de divulgar y comunicar a nuestros camaradas nuestras experiencias y conocimientos, por humildes e incompletos que sean.
Este especial momento quo vivimos, en el que es necesario superar las barreras del excedido sedentarismo de la vida moderna, de la mediocre y dirigida información, y en el que contamos con mejores medios de transporte y disponemos de un poco más de tiempo para el ocio, la práctica del andinismo y las actividades de montaña, nos fomentan para escapar de todo ello. Sabemos que esta labor también nos facilitará una mejor calidad de vida, por lo que la mayor información que tengamos, aunque no sea perfecta, nos ayudara a obtener mejores objetivos y resultados.
El Aconquija no es una meta soñada para el andinismo en general. Lo ha sido desde la década de los cincuenta para expedicionarios, principalmente docentes y a la vez grandes montañistas como Orlando Bravo, Jaime Femenías, Nicolás Leiva, Néstor Grau y Eduardo Vela, entre otros, provenientes de Tucumán. Luego para andinistas de Catamarca y Salta, para algún geógrafo y para arqueólogos deseosos de desentrañar un activo pasado humano.
Nevado del Aconquija, Tucumán - Catamarca
Ascenso al Cerro Bolsón
Muchos montañistas inician sus actividades en una o dos cumbres clásicas para ganar experiencia y pronto se quieren precipitar a ascender el Aconcagua. Y lo más probable es que, de conseguirlo o no, ya no consideren como valioso los ascensos a montañas de menos do 6.000 metros, tratando posteriormente de conseguir alturas superiores a esa cota y no más bajas.
Las principales cumbres del Aconquija no llegan a los 5.600 metros, pero constituyen bellos e importantes objetivos. Sin embargo, cualquiera sea su elevación, todas las montañas entrañan riesgos, y el Aconquija no escapa a esta regla. Es necesario estar acostumbrado a transitar en altura y lograr una buena aclimatación. A pesar que algunas de sus cumbres pueden ser alcanzadas, en caso de disfrutar de muy buen tiempo, con botas de trekking, para sus principales cúspides es necesario tomar las mismas precauciones de ropa v equipo que para una montaña de más de 6.000 metros.
Los riesgos dentro del montañismo no desaparecen ni desaparecerán nunca y tener el mejor conocimiento y contar con mayor información de la empresa y del objetivo que se encara facilitará minimizar consecuencias trágicas, trato de que la investigación que brindo a continuación, colabore con el conocimiento de esta montaña.
Nevado del Aconquija, ascenso al Cerro Bolsón
La contemplación de cumbres, desde otras cumbres de nuestra cordillera, es algo excepcional. Mientras se saborea el éxito de haber coronado un anhelo, que es el resultado de muchos días de pensamientos y trabajo para conseguirlo, se hace volar la imaginación hasta alcanzar los lejanos perfiles de los que serán próximos objetivos. Estos objetivos quedan fotografiados en nuestra mente y sin que nos demos cuenta, subconscientemente, empezamos a trabajar en pos de ellos.
Habíamos iniciado, en los primeros días de abril del 2006, con un grupo de amigos mendocinos. una expedición para ascender el Ojos del Salado por Argentina y nos hallábamos ya en el viejo refugio Cazadero, el que está ubicado al final del río con el mismo nombre, que desciende desde La Junta hasta unirse con el Río Chaschuil que más adelante se convierte en el Guanchín. Allí nos unimos con Nicolás Pantaleón. Alejandro Giménez y Juan Carlos Speroni de Salta. Eduardo Namur, de Mar del Plata, Marisa Arias, Oscar Daher, Federico Indovina y los oficiales de policía Francisco Cordón y David Leiva, de Mendoza. Lamentablemente nos falló lo acordado con el mulero, quien nos comunicó que una expedición de suizos que previamente las habían alquilado, demorarían unos cuatro días más en hacer su regreso. Días que se nos sumarían a nuestro plan de ascenso y cuya situación nos perjudicaba ya que no nos daba el plazo para completar la expedición y poder cumplir con compromisos laborales que teníamos y que imponían nuestro regreso al menos tres días antes.
Acomodamos esa noche nuestras carpas al lado del río Cazadero, para descansar del largo viaje y buscar alguna solución, bajo el arrullador murmullo de sus frías y cristalinas aguas.
Desde la cumbre del Cerro Bolsón
Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija
Pero a "grandes males, grandes remedios" .Cambiaríamos el objetivo. Estábamos cerca del Paso San Francisco y teníamos una gran variedad de cumbres para ascender. El grueso del grupo optó por el Inca Huasi. Los demás, que ya lo habíamos ascendido, optamos por el San Francisco, al que hacía tiempo teníamos como asignatura pendiente para una "mejor oportunidad". Y ésta, ahora, había llegado.
Al día siguiente, estábamos llenando el libro de cumbre en la cúspide del Volcán San Francisco, junto con Alejandro Giménez, Nicolás Pantaleón y Juan Carlos Speroni. Soportando un suave pero frío viento admirábamos al Inca Huasi, al Cóndor y al Peinado. Mientras sacaba una muy estudiada foto del Inca Huasi, tratando de repetir la que desde ese mismo lugar obtuviera en 1913 Walter Penek, recordaba en lo posible los comentarios de sus sensaciones durante el ascenso, aunque una en especial: ... “La nieve brilla desde los puntos más lejanos alla al este. Una alta montaña sobresale can su cuerpo más bien llano, es la Sierra de Fiambala y tras ella el imponente Aconquija... "
Mientras desandábamos me dirigí hacia Juan Carlos diciéndole: - "Me acuerdo ahora de agradecerte personalmente los datos que me mandaste tiempo atrás para el ascenso al Aconquija. Me han invitado los amigos de la Agrupación de Montaña Calchaqui para ascender una de sus cumbres para el próximo mes de julio y me podrían ser muy útiles”
Continuamos un rato más observando todo el maravilloso entorno del circo de las altas cumbres que nos rodeaban. Demás está decir que en nuestras mentes se forjaron varios objetivos para futuros ascensos. Regresamos, bastante más jaqueados por el viento que se estaba convirtiendo en tormenta, pero muy contentos de esa expedición.
A partir de aquí el Nevado de Aconquija comenzaba a ser un importante objetivo en mi actividad de andinista.
Cerro del Candado desde Andalgala, al fin del Aconquija
Portal de la Plaza Amurallada, en la Ciudacita
Cauce de agua desde Cerrillos, ladera Occidental
Indice
Presentación |
9 |
La cadena de los Nevados del Aconquija, con la zona piedmont Este de los Nevados Candado y Overo, vistos desde el Portezuelo del Carambano. Foto: Guillermo Rohmeder de 1941 y 1942 del libro La Glaciacion Diluvial de los Nevados del Aconquija
La cumbre del Nevado Candado (5.450 mts) con las paredes de los circos glaciales adyacentes, visto desde la cumbre Este del Nevado Overo. Foto: Guillermo Rohmeder de 1941 y 1942 del libro La Glaciacion Diluvial de los Nevados del Aconquija
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Área Restauración Fotográfica del CCAM: Natalia Fernández Juárez
Es nuestra misión dar a conocer la Cultura de Montaña Argentina y por lo tanto es prioritario que si es utilizado nuestro material visual, acuerden con la institución su uso. Si están interesados en el material fotográfico del CCAM, le sugerimos que se contacten a: info@culturademontania.org.ar
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